Esta podría ser la frase que resume lo que vimos en la 56ª edición del Rallye Costa Brava. Emoción por una prueba que no se decidió hasta el último metro, y por una escasa diferencia de dos segundos, y recuerdos por ver algunos de los coches que nos hicieron disfrutar hace ya algunas décadas, con un Campeón del Mundo incluso al volante, aunque a penas pudimos verle rodar por los tramos. Un buen cocktail que nos ha hecho disfrutar este fin de semana, y del que os dejamos aquí nuestro particular resumen gráfico.