El nacional de asfalto en su ecuador
El Campeonato de España de Rallies de Asfalto está a punto de comenzar la segunda parte de la temporada, por lo que es un buen momento para analizar lo que hemos visto hasta el momento en el campeonato. La llegada del Mini World Rallye Car ha puesto el nacional patas arriba, y tras la disputa de las cuatro primeras pruebas de la temporada, todo parece indicar que el piloto canario tiene bien encarada la consecución de su segundo campeonato, de nuevo a los mandos de un vehículo proveniente de la máxima categoría de la especialidad. Frente a él están los Mitsubishi, más competitivos que nunca, y los Porsche, que parecen perder algo de fuelle.
La primera mitad de la temporada 2013 del nacional de asfalto ha sido coto privado de Luís Monzón y el Mini John Cooper Works. El piloto canario se veía además favorecido por la climatología en una de las pruebas más desfavorables, al menos en teoría, para su montura, el Rallye Islas Canarias. En esa ocasión, Monzón competía con un vehículo alquilado a Prodrive, y encuadrado en la categoría RRC, con lo que podía medirse con los primeros espadas del Campeonato de Europa. Monzón hacía de nuevo un buen papel, y conseguía la victoria en el nacional, ayudado por una primera etapa en la que tanto la niebla como la lluvia iba a impedir que los Porsche desarrollasen todo su potencial. Por si esto fuera poco, los Mitsubishi también iban a quedar fuera de juego al equivocarse todos en la monta de neumáticos en la primera especial del rallye, lo que dejaba vía libre para que Monzón se luciese en el estreno de un coche de esta categoría en nuestro campeonato. Pocas conclusiones podíamos sacar de una prueba como esta, en la que todo se ponía de cara para que Luís Monzón comenzase la temporada del mismo modo que lo hacía en 2012, como líder del campeonato, aunque en esta ocasión el canario se había mostrado muy satisfecho con el rendimiento del Mini, lo que le llevaba a dar el siguiente gran paso, adquirir un Mini John Cooper Works WRC a Prodrive, y adaptarlo a la reglamentación española, que le obliga a reducir la brida del turbo a 31 milímetros para reducir su potencia, dejando un rendimiento similar al de un RRC, aunque con una aerodinámica mucho más trabajada. Además, Xevi Pons dejaba de lado el Porsche, y se subía a un Mitsubishi Lancer EVO X de Calm Competició, con preparación N+, en lugar de R4 como los coches de Pérez, Pernía, Meira o Senra. Llegábamos así a Cantabria, donde las cosas iban a estar complicadas. Primero Surhayen Pernía, y luego Jonathan Pérez iban a ser capaces de superar al Mini durante la primera etapa, pero un pinchazo dejaba fuera de juego a Pérez, dejando a Pernía de nuevo como líder del rallye, con Xevi Pons y Luís Monzón en segunda y tercera posición. Parecía que los Mitsu eran capaces de batir al Mini WRC con sus limitaciones, pero Monzón guardaba un as en la manga, y eran sus gomas de agua. Mientras todos habían montado gomas rayadas o mixtas, el canario montaba gomas de agua, ideales para el último tramo de la primera etapa, donde conseguía meter más de medio minuto a todos sus rivales, y con ello ponerse líder por una ventaja similar. A partir de ese momento Monzón se dedicaba a dosificar esfuerzos para ganar cómodamente este segundo asalto de la temporada. Hasta ahora, no habíamos podido comparar el nuevo Mini de Luís Monzón, con los Porsche o los Mitsubishi sobre asfalto seco. Llegaba la primera prueba gallega de la temporada, el Rías, y la lluvia iba a dar por fin la esperada tregua en un terreno que en el pasado se había mostrado bastante neutral. Y precisamente allí es donde, para nosotros, el piloto canario iba a demostrar que el WRC traido de las instalaciones de Prodrive es superior a cualquiera de sus rivales. Monzón controlaba la prueba sin problemas durante la primera jornada, y en la segunda etapa, de no ser por el pinchazo que sufría en el primer tramo del día, hubiese dominado también sin ningún problema, puesto que ganaba tres de las seis especiales (solo cedía en la que pinchaba, y en el siguiente tramo, donde no arriesgaba para no volver a pinchar). De hecho, si otorgamos a Monzón un crono similar al que obtuvo en la segunda pasada por el tramo donde pinchaba (cediendo 15 segundos respecto a Vallejo), el piloto del Mini habría ganado el rallye cómodamente. Pero no podemos quitar el pinchazo de en medio, y Monzón debía parar a cambiar una rueda. Alberto Meira heredaba el primer puesto, aunque el piloto vigués iba a hacer un trompo en el que no solo perdía tiempo, si no que además dañaba el diferencial de su coche, por lo que finalmente Sergio Vallejo conseguía imponerse después de un comienzo de temporada discreto. Meira demostraba que los Mitsubishi eran muy competitivos, mientras que Xevi Pons se veía obligado a abandonar con el Porsche 911 GT3 del equipo ACSM Rallye Team a las primeras de cambio, lo que haría que el equipo decidiese aparcar el poderoso GT alemán. Ourense era la última prueba antes del parón veraniego que finalizará la próxima semana. Además era el escenario de una importante novedad en cuanto a los reconocimientos, puesto que la Real Federación Española de Automovilismo decidía eliminar la limitación a dos pasadas de reconocimientos, aunque si se mantiene la limitación de tiempo. La prueba de Orense iba a ser también el escenario donde por primera vez en la temporada veíamos por delante al Porsche de Miguel Fuster sin incidencias de por medio. Sin incidencias en el Mini WRC de Luís Monzón, porque en el resto si que veíamos muchas incidencias. Jonathan Pérez veía como sus frenos decían basta en el primer tramo “serio”, tramo en el que también se retiraba Sergio Vallejo al sufrir un pinchazo en una de sus ruedas traseras, con lo que dado el gran número de kilómetros que quedaban por delante antes de la asistencia, decidían retirarse. Así pues, Fuster volvía a colocarse líder de una prueba, aunque la alegría le duraba poco al alicantino, puesto que Xevi Pons, de nuevo a los mandos del Mitsubishi, le arrebataría pronto la primera plaza. Pero la caballería del Mini WRC de Luís Monzón aún no se había puesto en marcha. El piloto canario exprimía al máximo su montura a partir de la mitad de la prueba, consiguiendo neutralizar las diferencias, y superar a todos sus rivales, para finalizar el rallye consiguiendo la que iba a ser la tercera victoria de la temporada, después de la disputa de cuatro pruebas. La peor parte se la llevaba Surhayen Pernía, que veía como su coche se calcinaba al soltarse una pieza de plástico que se apoyaba sobre el tubo de escape, lo que provocaba un espectacular incendio. A pesar de todo, Pernía ya ha vuelto a competir en el Rallye de El Bierzo con una nueva unidad del Mitsubishi Lancer EVO X salida de las instalaciones de RMC Motorsport. Así pues, podemos decir que esta primera mitad de temporada ha estado dominada casi por completo por el Mini de Luís Monzón. Ya nos lo advertían los hermanos Vallejo antes de comenzar su periplo en Cantabria, asegurando que habría que ver donde estaba un RRC o WRC respecto a los Porsche o los Mitsubishi. Tras disputar las cuatro primeras pruebas de la temporada, ha quedado claro que es difícil superar en prestaciones al coche fabricado por Prodrive, sobretodo si está en manos de un piloto como Monzón, que sabe sacarle provecho. Quizás estamos ante una de las temporadas más desequilibradas de los últimos años. Solo un pinchazo ha sido capaz de detener a Monzón, y mucho nos tememos que de seguir así la temporada, el título podría quedar decidido mucho antes de lo que nos gustaría. No debemos perder de vista el rendimiento de los Mitsubishi, que poco a poco ha alcanzado a los Porsche, pudiendo competir con ellos de tu a tu. Les falta algo de fiabilidad perdida al convertirse en auténticos prototipos de carreras, pero lo cierto es que en ese aspecto parece que el rendimiento si ha conseguido igualarse con el peso extra añadido en los coches alemanes, sumado a la evolución de los nipones. Pero la llegada de la nueva categoría ha desequilibrado completamente la balanza, y eso a pesar de la reducción de la brida a 31 milímetros para el WRC, lo que ha provocado no pocas quejas por parte de Luís Monzón. Mención a parte merece el caso de Xevi Pons. El piloto catalán ha mostrado ser extremadamente rápido con el Mitsubishi de la categoría N+, lo que le da la fiabilidad que les falta a sus rivales. Pero a su vez se ha visto muy lastrado por los diferentes problemas que ha sufrido con el Porsche. En Canarias un problema con el cambio le impedía luchar por el segundo puesto, y en el Rías una fuga de aceite también del cambio le dejaba fuera de carrera. Estos problemas han obligado al equipo a tomar la decisión de afrontar la próxima prueba, Ferrol, a los mandos del Mitsubishi, aunque no descartan retomar el Porsche. Desde fuera, la sensación es que el rendimiento de Pons con el coche de los tres diamantes es superior a lo que consigue con el GT, aunque esto siempre es algo subjetivo. También hay que analizar el caso de Miguel Fuster. El piloto alicantino parece no encontrarse a si mismo esta temporada. En las primeras pruebas, Fuster achacaba su falta de ritmo a la falta de adaptación de su nuevo copiloto, Dani Cué, aunque la vuelta de Nacho Aviñó en Ourense no ha conseguido solucionar la situación. Fuster ha anunciado su intención de retirarse la próxima temporada si la reglamentación no sufre ningún cambio, puesto que no ve posible luchar con un WRC, o un RRC, pero ya parece haber olvidado la lucha por el titulo de 2013, puesto que a su programada ausencia en Cantabria, hay que sumar que en Ferrol participará a los mandos de un Suzuki Swift de la copa dentro del programa Campeones con Suzuki, lo que le descarta automáticamente de la lucha por las primeras plazas, lo que a buen seguro le hará perder la tercera plaza que en estos momentos mantiene en el campeonato. De todos modos, lo mejor es no adelantar acontecimientos, y esperar a que el campeonato vuelva a ponerse en marcha la próxima semana, para ver si Luís Monzón continúa ejerciendo su férreo dominio cuando abandonemos Galicia, o incluso una vez dejemos el norte peninsular, aunque para entonces el canario podría ser ya campeón.
Firma: Asfaltoytierra
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