Esta nueva edición del Rallye Rías Baixas nos traía unas condiciones bastante complicadas, con unos tramos humedos, aunque sin llegar a necesitar neumáticos de agua en toda la jornada. Esto permitía a los coches de tracción total tomar una ventaja que iba a ser suficiente para mantener al Porsche de Miguel Fuster a una distancia suficiente como para que debiese conformarse con el último escalón del podio.